Los entrenadores y los futbolistas pueden plafinicar,
visualizar e intentar anticiparse a algunas situaciones, pero el fútbol
es impredecible. El Liverpool había hecho una gran temporada e
incluso sus primeros 20 minutos en la final de la Champions League también fueron
sobresalientes. Sin embargo, la lesión de Salah condicionó a sus compañeros, sobre
todo al portero alemán Loris Karius.
El guardameta alemán, de 24 años, tuvo un segundo
tiempo para el olvido. Primero tuvo un error ante Benzema que
facilitó el 1-0 y luego falló al querer rechazar un remate de Gareth
Bale, lo que significó el 3-1 definitivo. Dos acciones aisladas para un
arquero joven con mucha proyección que había hecho una gran temporada, pero que
tuvo dos tropezones que fueron determinantes.
Karius desembarcó en el club inglés por orden su
compatriota Jürgen Klopp. Ambos comparten el mismo club de origen:
el Mainz 05. Klopp y Karius surigieron ambos de ese modesto club de
la Bundesliga y el DT le brindó confianza para que tome el puesto que le
pertenecía al arquero belga Simon Mignolet.
Karius, quien llegó en 2016 a Anfield, creció
idolatrando a Oliver Kahn y se inspiró en la gran actuación que tuvo
el ex portero del FC Bayern en aquella final de Champions ante el Valencia en
2001. Con el tiempo se convirtió en un joven prodigio bajo los tres postesy
llegó a Inglaterra como la gran apuesta de Klopp para defender la portería de
los Reds.
En su primera temporada solamente jugó 10
partidos pero en su segundo año ya tomó más protagonismo. Ante el
Real Madrid en Kiev estaba disputando su partido 32 en la temporada, pero
desafortunamente no fue una tarde soñada.
Tuvo dos fallos determinantes y las lágrimas cayeron
por sus mejillas al sonar el pitazo final. Mientras el Real Madrid levantaba su
tercer trofeo de la Liga de Campeones consecutivo, Loris Karius se dedicó
a caminar hacia la grada donde estaban los fanáticos del Liverpool para
pedirles disculpas.
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